Existen muchos retos, o quizá mejor dicho, formas diferentes de hacer lo mismo.
Primero, si quieres salir a correr fuera, necesitas contar con uno de tus Corredores Guía.
Una vez que que ya estás corriendo, yo creo que es más desafío para mi guía que para mi. Yo solo tengo que correr y hacer caso. En cambio, es preciso que mi guía me mantenga informado en todo momento de la ruta con antelación. Por ejemplo, estamos corriendo en línea recta pero vamos a tener que girar a la derecha y continuar recto. Como si fuera la letra “L”. Entonces las indicaciones que mi Guía me daría deberían ser algo así: “En 50 metros derecha 90 grados”. Luego, “10 metros” y según nos vamos acercando “3, 2, 1, gira ahora, derecha, derecha,
derecha, derecha, recto!” Y eso sería un giro.
Hay otras muchas directrices, como por ejemplo para evitar obstáculos “muévete hacia a ti” o “hacia a mi un paso”. Así podemos navegar otra gente, o cosas que hay en nuestro camino: baches, o charcos después de un día de lluvia. En otras ocasiones, hace falta evitar obstáculos a la altura de la cabeza, en plan ramas de árboles o arbustos. Entonces mi guía me diría “agacha” y yo, pues me agacho para evitar el golpe en la cabeza. Lo mas importante es que yo co lo sepa lo que vamos a hacer antes de intentarlo. Por supuesto en condiciones de carrera, existen un montón de factores externos que tú no puedes controlar: niveles altos de emoción y adrenalina, miles de personas a tu alrededor, corredores y público, probablemente una ruta nueva en la que no has entrenado…
Cuanto más corres con tus guías, más eficaz resulta la comunicación.
Estoy muy agradecido con todos mis Guías e intento mantenerles felices. Después de todo, son quienes posibilitan mis carreras, de entreno y competición.
Probablemente, el mayor desafío lo presenta otra gente cuando corres.
A pesar de que uso una camiseta que pone en enormes letras “CIEGO”, no todo el mundo se da cuenta que no puedes ver y por lo tanto no vas a esquivarlos. Así que, en ocasiones, me he llevado por delante gente que estaban esperando que los evitaran. Pero bueno, la verdad es que para mi esto no es tan singular. Muchas veces, andando por la calle, la gente se tropieza conmigo, a pesar de llevar un palo blanco, que claramente indica que soy ciego.